Guanacaste no debe seguir a secas

Guanacaste no debe seguir a secas

Cuando visitamos Guanacaste experimentamos la sensación de calor que podría tornarse un poco insoportable y la necesidad de tomar un vaso de agua para saciar nuestra sed se vuelve inminente. 

¿Se imagina no poder contar con ese líquido elemental en nuestra vida? Sería un martirio porque nos sentiríamos más débiles a la hora de realizar los trabajos cotidianos, pero además se ve afectada la actividad productiva de una provincia.

Esa es la realidad que viven cientos de guanacastecos, quienes claman por ayuda para tener aunque sea un poco de agua para tomar, cocinar e incluso bañarse. 

El gobierno necesita ¢243 mil millones para abastecer a las familias e incentivar la producción agropecuaria, que es tan esencial en el desarrollo económico de un país. 

Sin embargo, aquí hay dos factores que están en juego: la compleja situación fiscal hace que las autoridades no cuenten con las arcas necesarias para desarrollar este proyecto. 

Por otro lado, la fuerte sequía está matando los cultivos y ha mermado la producción de la que dependen familias. 

Esa falta del recurso hace que Guanacaste se encuentre dentro de las zonas con mayor pobreza de Costa Rica. No lo decimos porque se nos antojó, sino porque está reflejado en los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), los cuales indican que en 2017 el porcentaje de hogares pobres llegó a un 23,6%. 

El Ministerio de Hacienda considera la inclusión de ¢1.425 millones en el Presupuesto Ordinario de la República 2019 para el Ministerio de Agricultura (MAG), pero los diputados consideran que debe darse claridad con el fin de evitar que la institución cuente con esos recursos. 

El proyecto de agua en Guanacaste está orientado a generar 18.800 hectáreas para un consumo de 500 mil personas a un plazo de 50 años. 

Suena bien, pero del dicho al hecho hay mucho trecho. Se espera que la ejecución se atrase aún más por la falta de recursos. 

La gran pregunta es cómo. Se raspa la olla para ver la manera en que se solventen los programas sociales e incluso se está con la incertidumbre de si se pagarán a tiempo los aguinaldos de los empleados públicos. 

La falta de dinero es evidente y el gobierno debe definir prioridades en las comunidades. Si en Puntarenas se mueren de hambre, en Guanacaste es de sed.

La gente ya no cree en falsas promesas, quiere hojas de ruta bien definidas, con nombres, apellidos y plazos establecidos. Están cansados de escuchar compromisos y a la hora de actuar nadie sabe cómo enfrentar esas problemáticas. 

El agua es prioritaria, debe distribuirse en buenas condiciones para permitir que las familias se abastezcan y puedan desarrollar sus actividades, que los cultivos cuenten con canales de riego óptimos para su desarrollo y el ganado pueda alimentarse de la mejor forma. 

Mientras se sigue pensando en cómo ejecutar el proyecto, los cultivos de caña de azúcar, el arroz y el maíz se pierden; el ganado se encuentra muy delgado y cuando se tenga que producir su carne, estará en mala calidad por la desnutrición que sufre. 

Guanacaste no puede seguir a secas y olvidada casi todo el año. Aprovechando que se acerca el 25 de julio, no es de extrañar que vengan promesas con bombos y platillos para los pobladores quedando al final solamente lindos discursitos en papel. 

Es normal escuchar las mismas peticiones de los pueblos cuando el gobierno los visita en esas fechas: agua, agua y más agua. 

Aquí no es solamente el desarrollo de la economía costarricense, sino la vida de cada guanacasteco que debe tomarse en cuenta.

Enlace Original: http://www.diarioextra.com/Noticia/detalle/363958/guanacaste-no-debe-seguir-a-secas 

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