El suelo es el ecosistema vivo más diverso y dinámico del planeta y es imprescindible para la producción agrícola y ganadera. En él se desarrollan las poblaciones de microorganismos como bacterias, hongos y virus que contribuyen al mantenimiento de su fertilidad. Generalmente, cuando hacemos referencia a virus, bacterias y hongos asociados a la agricultura, los relacionamos con aquellos que producen enfermedades.
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